Frank Miller sorprende volviendo a trabajar para un cómic de DC y para Batman en particular… y cuenta ni mas ni menos que con Jim Lee a los lapiceros, que también repite. Entre los dos han colocado esta colección en el TOP TEN de cómics más vendidos en USA (en un tercer puesto tras HULK y una macrosaga Marvel).
Aún no he podido leer nada de ella, pero ver que Miller está detrás siempre es un aliciente, a pesar del penoso resultado de su DK2, que personalmente considero un cómic mas y que no he sido capaz de leer mas que una vez (la segunda lo dejé a medias aburrido).
El dibujo de Lee no es tampoco un aliciente. Hace mucho que dejó atrás sus años dorados, donde Lee revolucionó el mundo del cómic con su estilo realista, detallista y espectacular. En su lugar nos ofrece desproporciones, poses irreales que son muy rígidas, expresiones faciales lamentables y dibujos de varios estilos que no encajan en ningún momento.
A pesar de contar con abundantes homenajes en sus portadas, hace falta que Miller dibuje una para demostrar su clase con el dibujo… pero a mi parecer, esto no es suficiente.