por
John Millar
JEFFREY Dean Morgan dice que interpretar a un personaje tan oscuro como El Comediante le pasó factura… tanto mental como físicamente.
El Comediante es clave en la trama de este misterio para la gran pantalla, porque es su asesinato lo que impulsa a Rorschach a descubrir quién intenta deshacerse de todos los superhéroes.
Y sospechosos los habrá en abundancia, porque El Comediante se ha ganado un montón de enemigos. Es un personaje despiadado que cometió atrocidades en la Guerra de Vietnam, e incluso es culpable de un intento de violación de otro personaje de los superhéroes.
Así que es fácil comprender por qué a Jeffrey le pareció una experiencia tan complicada meterse en el pellejo de un personaje tan sádico.
Este actor corpulento y gentil (famoso por su papel recurrente como el paciente cardíaco Denny Duquette en la célebre serie de televisión ‘Anatomía de Grey’ y cuyas películas incluyen ‘P.D.: Te quiero’ y la próxima película de Ang Lee ‘Talking Woodstock’) admite que rodar la secuencia del intento de violación fue uno de los momentos más duros de su carrera.
“Era algo que iba mucho más allá de un intento de violación, era algo absolutamente cruel”, dice Jeffrey. “Esa escena en concreto fue mucho más difícil que cualquier otra cosa que haya rodado en mi vida”.
“Y cometí un gran error en el transcurso del rodaje de esa escena, la cual tardamos casi tres días en rodar. Me senté detrás del director Zack Snyder y vi lo que se había grabado. Lo que vi aún me quita el aliento”•.
“La paliza que le doy es tan cruel y tan real que tuve que marcharme durante una semana. Subí a las montañas de Vancouver y pensé… ¿hice una elección acertada con esto?”
“Todo es fingido, estamos haciendo una película, pero aún así, hacer un material como éste, yo pensaba que no me afectaría ni en un millón de años, pero por alguna razón sí que lo hizo”.
Aparte de enfrentarse al aspecto emocional de tener que sumergirse en el corazón de las tinieblas, Jeffrey tuvo que enfrentarse también a las exigencias físicas de transformarse en el personaje musculoso y que mastica puros que es El Comediante.
“Mi traje era también una de las mayores molestias”, dice este nativo de Seattle de 42 años. “Solía llegar a las 2 de la madrugada para empezar a rodar a las 10 de la mañana y luego trabajar 16 ó 17 horas cada día, y después me tenía que sentar durante dos horas mientras me quitaban todo aquello. Así que para cuando empezábamos a rodar tenía un humor de perros”.
“Lo que me salvaba era que estaba trabajando con Zack Snyder y esos otros actores que son un grupo sencillamente encantador. Es difícil encontrar una panda más entusiasta y contenta. Zack en concreto es así. No sé de dónde saca la energía. Después de haber trabajado una jornada de 20 horas, todavía estaba corriendo por ahí en camiseta y diciendo: ‘¡Ha sido estupendo!’. Era genial, porque haber estado con un director que se hubiera dejado absorber por lo tenebroso de este material hubiera convertido el rodaje de esta película en un infierno”.
Uno de los momentos favoritos de Jeffrey en la realización de ‘Watchmen’ fue el rodaje de los Disturbios de Keene (que suceden después de que los superhéroes sean prohibidos oficialmente por el gobierno). “Fue entonces cuando me impactó la escala de lo que estábamos haciendo. Fue asombroso caminar por las calles de la Nueva York que habían construido estos tipos. Eran inmensas”, dice.
“Fue impresionante tener a ARCHIE, la nave de Búho Nocturno, flotando sobre mi cabeza y 500 extras corriendo por sus vidas mientras las explosiones se sucedían alrededor, y yo saltando de la Nave Búho y disparando al azar contra la gente con mi ametralladora”.
No hay apenas ninguna escena en ‘Watchmen’ en la que Jeffrey no lleve apretado entre los dientes un puro, la marca de fábrica de El Comediante. Reflexiona humorísticamente sobre la cantidad de puros que utilizó durante el rodaje. “Nuestro productor ejecutivo es un gran fumador de puros, y al final de cada día venía y me decía: ‘Bueno, hoy te has fumado 937 dólares en puros, ¿cómo te sientes?’… y yo estaba verde”.
“Me acostumbré. Aunque tengo que decir que no he vuelto a fumar ningún puro desde que acabé la película. Yo no fumo puros, pero como sí que fumo cigarrillos, ¡en el medio de alguna escena me tragaba el humo porque olvidaba que era un puro! ¡Me ponía el doble verde! ¡Lo tiraba en un rincón!”
Desde el momento mismo en que le contrataron, Jeffrey sabía que iba a haber un entrenamiento intensivo en técnicas de combate antes de que las cámaras empezasen a rodar, pero revela que aún así le sorprendió la convocatoria para empezar a ponerse en forma.
“Se suponía que no íbamos a empezar a rodar hasta dentro de cuatro meses, y me marchaba a Hawai a celebrar que me habían dado el papel. Entonces me llamaron para decirme que íbamos a empezar ya”.
“Así que fui a un hangar del aeropuerto de Los Ángeles y allí había una rueda de tractor de tres toneladas en mitad del edificio, y me pidieron que la moviera de un lado a otro del edificio… ¡sin hacerla rodar! ¡Les dije que si estaban locos!”
“Ésa fue mi introducción a las nuevas teorías del entrenamiento! ¿Dónde está el gimnasio? Era una locura, un montón de técnicas insensatas para ponerse en forma. Hice eso en Los Ángeles todos los días durante un mes y medio. No podía andar y lo detestaba. Entonces fui a Vancouver y empezó el entrenamiento de combate, y fue entonces cuando empecé a divertirme. De alguna manera, me había puesto en forma durante el mes y medio anterior, y era capaz de moverme un poco”.
“En realidad, el entrenamiento de combate consistió en un mes dando buenos puñetazos. Los puñetazos en las películas son muy diferentes a los de la vida real. Así que la mayor parte consistió estrictamente en un aprendizaje de cómo luchar para la cámara. Trabajaba en estrecha colaboración con el especialista que me doblaba, y practicábamos mucho el boxeo y la lucha a cuchillo, y después me iba a la galería de tiro y disparaba con armas de fuego. También practiqué un poco de taekwondo”.
“Entonces, al empezar a hacer la coreografía, fue cuando empezó lo divertido de verdad. Era como un baile, pero un baile violento”.
Inevitablemente, con toda la acción que había, durante los entrenamientos Jeffrey recibió por accidente algunos golpes y se hizo unos cuantos moratones. “Me daban un puñetazo en el ojo cada 30 segundos, y era siempre por mi culpa, por cabecear cuanto tenía que haber esquivado”, dice.
También se rompió un dedo del pie al soltar una pesa que se utilizaba para el entrenamiento. “Eso sucedió antes incluso de que fuéramos a Vancouver a empezar el rodaje. Así que pensé que más valía que rodásemos aquello rápidamente, o acabaría convertido en una masa ensangrentada. La primera secuencia fue cuando El Comediante es atacado en su apartamento. Nos llevó ocho o nueve días. Trabajé cuatro meses para hacer esa escena, pero fue genial, fue estupendo poder saber lo que estaba haciendo”.
En mitad del rodaje de una secuencia de Vietnam para ‘Watchmen, Jeffrey vivó también un momento potencialmente peligroso con un lanzallamas de por medio. “Ahí fue cuando me hice daño de verdad… bueno, en realidad no me herí, me vi envuelto en llamas al hacer lo del lanzallamas en Vietnam”, dice de una forma casi despreocupada.
“En realidad fue muy gracioso. Yo estaba en mitad de un campo de arroz y no había nadie cerca de mí. Zack estaba allí lejos con el equipo gritando: ‘¡Dale más llamarada!’ Yo tenía que apuntar el lanzallamas hacia un tipo que estaba a unos tres metros de mí, y estaba contando mentalmente hasta cinco, pues pensaba que con eso bastaría. Pero Zack dijo que contara más tiempo. Así que lo hicimos tantas veces que el agua a mi alrededor empezó a estar saturada de gasolina del lanzallamas. Entonces, la última vez que disparé con él oí por fin decir a Zack: ‘Corten’. Yo dije, menos mal, porque creía que iba a matar al tipo de verdad. Entonces miré hacia abajo y vi que el fuego venía hacia mí a través del agua. ¡Salí por piernas y miré a Zack y tenía los ojos como platos! Pero no creo que estuviera preocupado por mí, en realidad estaba pensando: ‘Ese disfraz es mío y costó 100.000 dólares fabricarlo’. Yo estaba metido en un metro de agua y recuerdo que la gente gritaba: ‘¡No mojes el disfraz!’ De todas formas, ¡apagué el fuego con unas palmaditas y no me herí demasiado!”
Al contrario que El Comediante, que es de genio vivo, Jeffrey parece tranquilo y amistoso, y sumamente relajado ante la idea de que ‘Watchmen’ le convierta en una estrella.
Sáb Mar 07, 2009 1:38 am