Corría el año 1996 cuando en la serie Lois y Clark los productores deciden que Superman debe casarse. Como suele suceder en estos eventos se encendieron varios pilotos rojos y rápidamente se puso en marcha la maquinaria del dólar, DC debía preparar una coincidencia y preparó un prestigio contando con muchos de los mejores autores que habían pasado por la serie en toda su historia.
El problema surgió porque en ese momento Superman estaba sin poderes, así que no podría hacerse el típico dibujo de ellos dos volando, ella de novia, él de superhombre… ains, que bonito.
Si ya de por si era ridículo ver a Superman sin poderes con el traje y el pelo largo (la de risas que me eché al verle corriendo con por las calles con su disfraz… por Dios chico, quítate la capa), ver que llegaba tarde a la boda porque estaba intentando hacer el bien es ya el colmo.
Este tomo llegó a España de importación a través de la editorial IVREA y la historia era peor que mala, lamentable. Lo que debía ser algo glamoroso, formar parte de las portadas de los periódicos al igual que su anterior muerte, no dejó de ser un cómic realizado por personas que no supieron hacer algo romántico que es lo que se esperaba de esta historia. No hay por donde cogerla y para colmo el desfile de talentos poco motivados no ayudo en absoluto.
Y os preguntaréis que porqué os cuento todo esto… pues porque Planeta lo va a reeditar y quiero advertiros. NI SE OS OCURRA,