Garth Ennis, Kilian Plunkett. Norma Editorial, dos números. 5 euros por número.La Tumba al soldado desconocido es el nombre que reciben los monumentos erigidos por las naciones para honrar a los soldados que murieron en tiempo de guerra sin haber podido ser identificados. A veces es una tumba simbólica, o cenotafio, evocando a todos los habitantes de un país que murieron en un determinado conflicto sin identidad conocida, aunque algunos contienen los restos de soldados fallecidos durante estos acontecimientos.
Sin embargo en el mundo del cómic, el soldado desconocido es un personaje perteneciente a los cómics bélicos, alguien con la cara vendada y espíritu americano que hacía valer sus principios a golpe de machete y pistola. Este personaje casi desconocido en nuestro país fue homenajeado en 1998 por garth Ennis (entonces muy de moda tras su PREACHER) y Kilian Plunkett. En España fue publicado por Norma en dos tomos a un precio desorbitado aprovechado el tirón del guionista, y sinceramente… no lo merecía, pero piqué.
La historia nos habla del agente William Clyde, un agente de la CIA con principios que choca con sus superiores al negarse a matar a unos niños pequeños, testigos de una operación encubierta en el extranjero. Por este motivo le caen los casos más absurdos, hasta que un día se encuentra que una de las listas de sospechosos de uno de sus casos, ha sido modificada, añadiendo un nombre mas.
Poco a poco va descubriendo una trama de corrupción, crimen y violencia y todo apunta a alguien llamado ‘El soldado desconocido’, un hombre que parece de todo menos humano, frío pero justo, violento pero solo con quien lo merece. Sus hazañas parecen conocerse en todas y cada una de las guerras en las que ha participado EEUU y la investigación de Clyde se irá volviendo cada vez más peligrosa.
La historia está bastante bien encadenada, Ennis es un maestro del humor negro y la violencia y nos muestra un cómic planteado como si de un episodio de Expediente X se tratase (de echo uno de los desencantados jefes de Clyde es el fumador y él se parece extrañamente a Mulder), la entrevista con el testigo es desternillante y su Pepito Grillo es un guiño a tantas series y películas de cifi. La historia empieza como si nada, pero el primer vistazo al soldado te deja sin habla, la violencia, la agresividad y el dolor que muestra en pocas viñetas es tremendo. Y Ennis no deja descanso, hace y deshace a su antojo, no baja el ritmo si no que te sorprende no respetando a protagonistas, ni permitiéndote que te tomes un respiro ante la brutalidad de la guerra y de una nación que a veces se propasa.
El desenlace no tarda en llegar y te cierra de manera peculiar lo que no puede ser cerrado, ante la tumba a el soldado desconocido y preguntándote si habrá mas…
El dibujo de Plunkett parece sucio pero según vas leyendo ves que tiene un buen nivel de detalle entre tanta mancha y el resultado es bueno, muy bueno. Perfecto para la historia que cuenta.
Esto que tenemos entre manos es solo una miniserie y la serie de VERTIGO no llegó a nuestro país por su mala aceptación, quizás por el elevado precio de esta miniserie, o porque aquí nunca entenderemos el americanismo del protagonista, sobre todo al ser tratado a partir de entonces por un guionista no tan conocido, que era sin duda su mejor reclamo.
En conjunto, es un cómic que sabe a poco, pero que no da más de si. Debo criticar el formato, oportunista por parte de la editorial para aprovechar el mencionado tirón, pero que en un tomo y a mejor precio hubiera sido muy de agradecer tanto al bolsillo como al espacio. Lo mejor es que de este modo rescatamos dos de las geniales portadas de Tim Breed. Una pena que quede en el olvido pues es una buena historia, con todos los alicientes para una película de misterio y violencia, bien contada y bien dibujada que de otro modo, hubiera llegado más lejos de lo que llegó.
Ilustración de la miniserie Unknown Soldier de la serie regular, inédita en nuestro país.