Dexter es un forense especializado en la sangre del Departamento de Policía de Miami. También es un fiel novio, un divertido padrastro, un hermano confidente y un friki de la sangre para algunos; pero todo esto no son más que papeles que, voluntariamente o no, desempeña de cara a una sociedad que no le aceptaría: Dexter es, y lo sabe, un monstruo, un psicópata, un cuerpo sin alma, frío, calculador; un asesino en serie. O no. Él disfruta de ello. Como a él le gusta decir es, simplemente, Dexter.
Una vez conocemos a Dexter, descubrimos que no hay nada que lo inmute, que perturbe sus sueños, ya que ni siquiera los tiene; ni siquiera ningún sentimiento que no es capaz de poseer: ni el amor hacia su novia o hermana, ni los atroces crímenes a los que acude en su trabajo, ni sus víctimas. Dexter está vacío, y lo único que alguna vez le ha causado placer es la caza, lo que nadie sabe ni ha sabido excepto su padre, al único al que pudo confiar su secreto desde su infancia. Pero Dexter no es un asesino en serie al uso, ya que si bien comparte motivaciones (el placer de la caza), gracias a su padre adoptivo posee unos principios sólidos, cuestionables o no, pero que como solía decir aquél, Harry Morgan, policía, le mantienen vivo.
Reparto:
Michael C. Hall como Dexter Morgan
Julie Benz como Rita Bennett
Jennifer Carpenter como Deborah Morgan
Erik King como el sargento James Doakes
Lauren Vélez como la teniente Maria LaGuerta
David Zayas como Angelo "Angel" Batista
James Remar como Harry Morgan
C.S. Lee como Vincent "Vince" Masaka
Impresionante serie sin lugar a dudas y no apta para personas delicadas de estómago o influenciables. Los episodios trascurren en Miami y escuchamos continuamente los pensamientos del buen Dexter, el perfecto inquilino, el empleado simpático, el hombre amable que juega con niños. Y además el forense perfecto, responsable de las manchas de sangre.
Me recuerda a la idea del libro de Jim Starling 'Caza de asesinos', aunque llevado a un extremo más enfermizo.
Dexter caza asesinos, no puede controlar su impulso pero lo utiliza para hacerlo que la ley no hace: aplicar justicia y nunca se sale del buen camino, aunque le tienta... como le tienta. Dexter investiga a fondo y cuando está seguro de que es culpable, caza al malo, le enfrenta a su pecado y lo ejecuta.
Como buen forense sabe como no dejar huellas, pero como es un enfermo sádico y sicópata no puede evitar guardar un recuerdo de su crimen, en el caso de Dexter es una gota de sangre.
Es una serie que aunque muestra escenas de crímenes realmente macabras, deja la mayor parte a la imaginación del espectador, tanto en lo que a gore se refiere, como a sexo, muy presente en la cabeza de los personajes.
Matar a los culpables supone tal placer, que su herramienta de trabajo es un problema a veces:
Y recoge todo bien, que no se diga que no es un chico limpio.
Aparte de sus casos habituales hay un ciclo argumental, del que esta cabeza forma parte y que es muy divertido... por decir algo.
Una serie atípica, tremendamente original, muy buena y que me ha enganchado desde el principio.
Os la recomiendo.