Crítica de "Dream" por Daniel Rodríguez Sánchez

Ficha Técnica:


Título: Dream
Año: 2008
Director: Kim Ki-Duk
Guión: Kim Ki-Duk
Producción: Kim Ki-Duk, Kim Woo-Taek, Shin Kan-Yeong, Cho Eun-Un, Song Myung-Chul, David Cho, Kai Naokt-Stylejam Inc., Kunizane Mizue Dongyu Club&Inc
Música: Ji Bark
Fotografía: Kim Gi-Tae
Montaje: Kim Ki-Duk
Diseño de producción: Lee Hyun-Chu
Diseño de vestuario: Ma Youn-Hee, Takeda Toshio
Iluminación: Kang Young-Chan
Sonido: Leem Dae-Ji
Maquillaje: Jan Jin
Duración: 95 minutos

Sinopsis:

Jin es un artista que se despierta de una terrible pesadilla en la que provoca un grave accidente de coche. Pronto se da cuenta que lo soñado ha ocurrido en la vida real y se culpa a una chica llamada Ran de ser la responsable. Al intentar explicarse lo sucedido, Jin y Ran comprenderán la extraña conexión que existe entre ellos.

Crítica:

“Dream” es una de las últimas propuestas de uno de los más laureados cineastas orientales en la actualidad, el coreano Kim Ki Duk, quién puede presumir de haber realizado una serie de películas justamente aplaudidas en los más celebérrimos festivales como “La Isla”, “Samaritan Girl” o “Hierro 3”. En todas ellas, el realizador ha demostrado ser un buen contador de historias, dotando además a sus películas de un macabro sentido del humor y atmósferas realmente conseguidas.




“Dream” cuenta la historia de un hombre, Jin, un solitario artista que una noche tiene una pesadilla terrible en la que provoca con su coche un grave accidente de tráfico. Todo marcha bien hasta que se percata que su sueño ha ocurrido en la vida real, siendo culpada de él una mujer llamada Ran. La propuesta se hace muy interesante al inicio, teniendo la película unos primeros 15 minutos fabulosos en los que asistimos como Ki Duk intenta dotarse de un registro artístico diferente al de sus últimas obras. Durante estos primeros compases la película goza de un clima de suspense tan sosegado como atrayente, que hace que el espectador se inmiscuya sin fisuras en la historia.



En los primeros minutos de metraje, el espectador puede observar como la película se apoya en el enigma inicial que se propone. ¿Cómo es posible que su sueño se haya hecho realidad y además en manos de otra persona? Dicho interrogante se resuelve a los pocos minutos, al percatarse de que la chica sufre de un sonambulismo que hace que realice todos los actos que Jin sueña, pasando la cinta a relatar el cómo afrontan estos dos jóvenes la irreal situación que sufren. Y ahí es donde la película comienza a patinar, porque la tensión y atmósfera creadas durante el inicio se van al garete, yendo la película por otros derroteros que hacen florecer bastantes problemas de guión. Durante gran parte del metraje vemos como los protagonistas deben superar sea como sea la terrible situación que parecen, en un viaje sin rumbo a la autodestrucción psíquica provocada por el irreversible drama nacido a raíz de la primera pesadilla del protagonista. Se puede percibir cierto estancamiento en gran parte de la trama, que origina que por momentos deje de interesar un cuento macabro que en primera instancia prometía mucho más de lo que da.




La película apoya su historia en la perfecta simbiosis entre realidad y fantasía, lo que con la atmósfera oscura y algo macabra hace que “Dream” sea una propuesta tremendamente estilizada, pero con un guión demasiado estirado. El nudo de la película se alarga en demasía, percibiendo un estancamiento que entorpece sobremanera el avance de la historia, hasta el desenlace en el que veremos un final totalmente deudor de las últimas obras del director, con algunas imágenes tan bellas como impactantes.




“Dream” es una cinta interesante que cuenta con el lastre de la autoimposición de su autor por una clara innovación de estilo. El flojo guión, de una muy interesante premisa, se ve oscurecido afortunadamente por la buena factura que Ki Duk dota a sus películas, con una estética realmente conseguida (y que se amolda perfectamente a lo que se está contando) gozando este “Dream” de incluso cierto aire poético sobretodo en el agridulce final, que es sin duda el momento estrella de la película.