Dan Jurgens & Brett Breeding y Joe Rubinstein
El inevitable éxito de la saga ‘La muerte de superman’ llevó a que la editorial DC tratase de repetir con la saga ‘La muerte de Clark Kent’. Si una era mala, la otra aun a estar carente de acción era mucho más digna, con un argumento mucho más complejo y elaborado, aunque careciese de la fama y la espectacularidad de la primera.
Alguien ha descubierto la identidad secreta de Superman y está atacando a los suyos con la intención de matarlos. Superman se ve en la obligación de simular la muerte de su personalidad humana para poder cuidar de los suyos sin tener que justificar sus ausencias y así poder además cazar al cazador.
Dan Jurgens lleva años tras los guiones y se nota, no me refiero al conocimiento del personaje (que creo que todos lo conocemos) si no en el agotamiento creativo. Lo que en un principio se presenta como algo divertido, curioso y novedoso se transforma en algo tedioso, lento y aburrido al intentar prolongar la saga más de la cuenta. No en vano Superman ha de mantener 3 colecciones al mes y una saga debe estar un mínimo de números en cada colección para asegurar su venta (y la ruina del comprador, menos mal que aquí se publicaron en dos tomos y sabías lo que había…) y con un argumento como este… sobraba más de la mitad. El final para rematar lo que era un buen principio resulta demasiado rebuscado y algo mucho más sencillo lo habría convertido en un cómic mucho más a tener en cuenta.
Los dibujantes cumplen, en algunos casos deslumbran y hacen que las caídas del guion pasen desapercibidas, en otros lo ralentizan mas mientras intentas deducir que estás viendo.
En conjunto, se trata de un buen intento, en aquellos tiempos de lo poco no malo que publicó DC de este personaje (mas le valdría haberlo dejado muerto) pero que aún así no llegaba al nivel del resto de personajes, con un Mark Waid en Flash que estaba en su apogeo, Peter David recogiendo premios y aplausos con su Atlantis y Aquaman y Deodato Jr dejando a todos los adolescentes boquiabiertos con las caderas de Wonder woman. Sin olvidar por supuesto la aparición de una colección de la línea VERTIGO que ha creado escuela: PREACHER.
Una pena, mejor llevada hubiera sido todo un clásico.