Mientras Orson Welles rodaba en Brasil “It´s all true”, en la RKO se produce un cambio de directiva que desemboca en la sustitución de George Schaefer como presidente para poner al cargo a Charles Koerner.
Charles Koerner, hombre muy conservador, consiguió aniquilar la RKO en tiempo record. Lo cual equivale a destruir productoras como Universal Pictures o la Warner. Uno de sus primeros objetivos que a la larga se revelarían como autodestructivos para la RKO fue fulminar a Welles, sumiendo “It´s all true” en el olvido al cortar de seco su financiación, impidiendo al director terminar el film.
Cuando Welles regresó a EEUU se encontró con que todas las productoras le cerraron las puertas ya que Koerner se había encargado a fondo de esparcir una versión de Welles como un director que arruinó los recursos de la RKO con su anterior film derrochando tiempo y dinero. Encontrándose en semejante situación a Welles solo le queda como última alternativa viable continuar su carrera como actor ya que las demás puertas las tenía cerradas. Como actor participa en “Alma Rebelde” y en “Mañana es vivir”, dos películas producidas por William Gotees quien le brindó la oportunidad de protagonizar y dirigir la película que nos ocupa. Aunque con profundas limitaciones de presupuesto y dinero. Puede que esta sea la razón por la que este es uno de los films de Welles mas convencionales y ambiguos pero incluso el peor Welles posee una audacia como director que ya la quisieran para si los mayores logros de otros directores.
Una de las cosas que me hace verdadera gracia de este film es que, si os fijáis, cuando salen el título de la película una voz en off dice “El extraño” cuando la película está titulada aquí como “El extranjero”.
Orson Welles sugirió que el sagaz inspector Willson fuese una mujer, propuesta que fue rechazada casi de inmediato. El cine todavía no estaba preparado para una heroína caza-nazis, o eso pensaban los productores. Pese a todo la interpretación de Edward G. Robinson es sumamente eficaz.
La traducción española nos hizo perder un apunte muy curioso del encuentro entre Meineke y Kindler. En la versión original, el viejo nazi cree que Willson es el mismísimo demonio mientras que en la española es completamente consciente de haber matado a un hombre “normal”. Un pequeño toque de locura infernal que se perdió en el doblaje.
La escena de la cena es uno de los momentos claves del film, magistralmente rodado, en el que Willson y Kindler se examinan mutuamente siendo en el fondo perfectamente conscientes de quien puede ser el otro y de que en una simple palabra puede estar la clave para que uno u otro se desenmascare totalmente. La tensión que hay entre ambos personajes se disimula perfectamente en una escena de aparente formalidad y corrección.
Otros momentos claves en la trama son las conversaciones que ambos rivales tienen con el señor Potter. Momentos esenciales para recabar información.
Para acelerar la captura de Kindler, el inspector Willson presiona a la señora Rankin mostrándole imágenes de los campos de exterminio y las cámaras de gas. En este sentido el film fue pionero, ya que es el primero de la historia en mostrar imágenes reales de estas atrocidades.
El reloj barroco reparado con tanto empeño por Franz Kindler es aporta un aire barroco que se contrapone magistralmente al estilo neoclásico del pueblecito donde se desarrolla la trama. También supone un curioso caso de “mensaje críptico para principiantes” pondré un simple ejemplo.
Cuando las cosas le van bien al Nazi, la figura que destaca en los planos del reloj es la del Demonio, dicho de otra forma el mal.
Pero cuando le van mal toma el relevo el ángel o el bien.
Finalmente el propio Kindler se convierte en un elemento más del reloj, siendo ajusticiado por Dios en persona a través de la figura del ángel. Posiblemente este sea uno de los mejores momentos de este film.
Uno de los grandes aciertos de la película es mostrarnos la contraposición entre el monstruosamente despiadado Franz Kindler y las mediocres a la par que ingenuas gentes de Harper. Frente al estado de normalidad y de ambigüedad moral tenemos a este asesino nazi que no duda en matar a antiguos compañeros, a su mujer e incluso a su perro.