Hablar de Azzarello, es hablar de violencia sin límite.
Hablar de Corben es hablar de volumen y de un clásico inolvidable.
Hablar de los dos juntos es hablar de una de las mayores pesadillas hechas realidad y uno de los cómics más salvajes que se han podido ver nunca en el mercado.
John Constantine está en la cárcel acusado de la muerte de un hombre, una cárcel donde cualquier cosa que quieras tiene un precio y no se paga con dinero. Sin embargo, ¿quién puede pretender engañar al rey del engaño para hacer de él lo que quiera? Poco a poco y narrado con un ritmo magistral, los autores nos comienzan mostrando un cómic carcelario donde los fuertes dominan a los débiles, la violencia es moneda de pago y toda acción tiene una reacción inevitable.
Y así se mantiene hasta que Constantine empieza a ser él mismo. ¿O es que alguien se ha pensado que va a estar sin tabaco o que va a pagar un precio demasiado elevado por el? No nos hagamos ideas raras, porque si Constantine está acostumbrado a pegarse con demonios, vampiros y otras criaturas mucho más poderosas y ha derrotarlos con pequeños trucos y mucha inventiva, que no será capaz de hacer con los simples humanos, por muy malos y muy asesinos que sean.
Así vemos poco a poco como nuestro héroe se encarga a su manera de demostrar quien manda allí y lo hábil que es para manejar a su antojo y en su provecho las situaciones mas insignificantes. Todo se acelera, Constantine juega con los presos como lo haría un niño retorcido con sus juguetes y crea una batalla campal de proporciones desorbitadas, donde no hay orden, no hay respeto y la sangre da un nuevo color a las paredes.
Azzarello utiliza un ambiente violento para mostrar violencia. Aunque a primera vista parezca que no hay nada de lo que he descrito, hay que leer con detenimiento para comprender que junto al dibujante da más a entender de lo que muestra y la imaginación es muy mala. La temporada que ha estado este hombre encargado de los guiones nos ha mostrado un Constantine aún más depravado, vicioso y sádico de lo que estábamos acostumbrados. El inicio de la etapa Azzarello que daría mucho que hablar hasta su impresionante final (Aunque ya sin el genial Corben) se extiende como una onda expansiva por el mundo Vértigo. Al final sabemos que ha pasado y entendemos que hay gente muy poderosa que persigue a Constantine, por motivos primarios y muy humanos.
Corben es un genio, uno de los clásicos que a hecho lo que otros muchos no han podido hacer: evolucionar. Ha demostrado que su dibujo no tiene límite y lo ha hecho realizando cómic americano de manera tan magistral que los nuevos valores sabrán que no deben pasar por otros dibujantes más conocidos, si no que deberán crecer con él y aprender de él. Su control del volumen es aplastante, no hay otro igual, sus viñetas se salen del papel y el control de las sombras hacen que parezcan moverse solos.
Sin duda, una de las obras más sorprendentes de los últimos tiempos.